Mi lugar de trabajo y mi lugar de conexión a internet coinciden en el mismo espacio: la computadora. No tengo twitter porque no necesito más distracciones de las que ya tengo a la hora de sentarme a escribir. Pero la principal razón es que no tengo ninguna necesidad de decir cosas todo el tiempo. Esta especie de hemorragia comunicacional que atravesamos me parece adolescente y agotadora. Yo escribo artículos, cada tanto publico un libro, tengo una columna mensual en la revista Sábado, de El mercurio, de Chile, y otra semanal en El País, de España. No tengo mucho más para decir. Lo que digo ya me parece suficiente y hasta demasiado.
Por cierto, llegué a esta respuesta porque me hubiese gustado leerla más seguido, pero quizá tenga razón, y una vez por semana en El País sea suficiente y hasta demasiado.
También le doy la derecha en que la "hemorragia comunicacional" que atravesamos, por momentos, "parece adolescente y agotadora". Sobran ejemplos. Cada uno es dueño de sus silencios, pero también esclavo de sus palabras. Incluyendo los tuits.
Roberto M. Carlés tomó notoriedad pues fue postulado a la Corte Suprema de Justicia por la Presidente. Inmediatamente su cuenta de Twitter tuvo, al menos, tres cambios: el número de followers empezó a crecer significativamente, cambió su foto de perfil, y la cantidad de tuits decreció llamativamente.
La primera de las variables no sorprende: cada vez que un personaje se vuelve centro de escena su cantidad de seguidores crece exponencialmente. La cuenta @robertinocarles no fue la excepción.
El segundo cambio es más sorpresivo. Modificó su foto de perfil en la que se lo veía con el Papa Francisco por una individual con un aire descontracturadamente profesional. Aunque llamativo, uno podría suponer que ante la flamante relevancia de su cuenta, prefirió esta nueva imagen.Y finalmente, el dato más curioso es la caída notoria en la cantidad de tuits, que tiene una sola explicación posible: los borró. Es decir, Roberto tuvo que volver el tiempo atrás y revisar su cuenta para desdecirse, para eliminar aquellos mensajes que ya no eran políticamente correctos en su nueva situación social.
El más saliente de ellos, y quizá el que también explica el cambio de foto, estaba dirigido a Bergoglio:
Evidentemente, para él, Francisco trabaja más que Jorge, pero la foto de perfil hacía demasiado evidente la contradicción. Distintos medios, además, se hicieron un festín recopilando otros tuits borrados que describían claramente su perfil político ("Los tuits de Carlé contra la oposición").
No juzgo al próximo juez. Ni a sus cambios, ni a sus dichos. Sólo lo uso como ejemplo claro de esta hemorragia comunicacional adolescente en la que, definitivamente, habló demasiado.
Un ejemplo más, para evitar parcialidades.
Diego Lagomarsino, otro personaje hasta ayer desconocido que tomó notoriedad de un día para el otro. Cuando es de esa manera, no hay tiempo para revisar (ni borrar) tuits. En este caso, su fama resultó de haberle prestado un arma a su jefe, justo el día anterior a que éste fiscal de la Nación que había presentado una denuncia contra la Presidente, aparezca muerto de un tiro. Vaya fama.
Inevitablemente la primera fuente de investigación periodística son sus redes sociales. Tan evidentes y contundentes eran sus dichos que la mismísima Presidente la citó en dos oportunidades en Cadena Nacional. Repito intencionalmente: la Presidente de la Nación, en base a sus tuits, lo calificó de feroz opositor en una primera Cadena Nacional, e hizo claramente referencia a estos 140 caracteres en la segunda.
Tampoco lo juzgo, sólo hago evidente una vez más, la hemorragia comunicacional que ya desangró a varios...
Obliga el post a hacernos dos preguntas: ¿por qué somos en Twitter más adolescentes que en la vida? ¿Y cuántos tuits debería Ud borrar si de un día para el otro fuese una persona políticamente expuesta?
[UPDATE 04-Feb-2014]
Y la mismísima Presidente me obliga a actualizar el post con otro interesante ejemplo. Porque ella es una gran tuitera, a la que al mismo tiempo, le tocó ser la mandataria de un país.
En pleno gira por China, tuvo la siguiente ocurrencia...
Obviamente, esa hemorragia comunicacional la convirtió en noticia en todo el mundo: Washington Post, Telegraph, ABC, Reuters, por citar algunos; y una interesante compilación de Infobae.
A veces, el comportamiento adolescente es casi infantil.
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