A decir verdad, ya le había destinado algunas líneas a una curiosa situación que me tocó vivir via Twitter con el presidente de uno. Pero aquello fue distinto.
Hoy vi dos avisos, casi en simultáneo, que quise compartir. Algo inédito en este blog para el rubro financiero.
Porque en Argentina se desvirtuó el concepto de Banco. Influenciada por la inestabilidad económica y la inseguridad jurídica, hay una generación que teme depositar su dinero. Desmotivada por los bajos intereses y desconfiada de la seguridad institucional, el Banco dejó de ser el lugar obvio para guardar plata.
Y los Bancos se fueron convirtiendo, de a poco, en clubes de fidelización o cupones de descuento. Porque exceptuando el cobro de sueldo o la adquisición de ciertos créditos, y otras contadas operaciones financieras, hace años que los Bancos se dedican a las ofertas, las cuotas y las promociones. O al menos así, pretenden atraer nuevos clientes.
Por eso me sorprendieron los avisos del Hipotecario y Supervielle. Porque pretenden construir marca. Y por eso escribo este post, porque hace mucho que no veía un Banco que se anime a hablar de sí mismo. Probablemente me olvide de algún intento en el camino pero siento que tardaron más de diez años en volver a hacerlo. Y no es casual.
Por un lado, la locura clásica de "Madre" para el Banco Hipotecario. No sólo construyendo marca, pero casi desdramatizando la relación que uno tiene con un Banco.
Y a esa genialidad la extendieron con unos cortos muy buenos.
Por otro lado, mucho más lineal, pero también intentando construir su marca, Supervielle se compromete a hacerte las cosas más fáciles porque "lo que te hace millonario es lo que tenés afuera del banco". Y si en el anterior la música se llevaba un punto extra, aquí se lo merece la locución.
En Argentina, diez años después, los bancos se están animando a hablar otra vez sobre ellos mismos.
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