Aún con un recurso que no es disruptivamente innovador, la campaña de El Cronista por sus 105 años merece nuestra atención y unos cuantos aplausos...
Es cierto que ya hemos visto, conceptual o ejecucionalmente, campañas similares. Aquellas donde se superponen personalidades antagónicas para dejar en evidencia su contraste. Quizá la más memorable fue Unhate, de Benetton, donde decidieron que las figuras políticas más relevantes y opuestas podían besarse en la boca. Así de polémico pero, como hemos dicho en esta página, prefieren publicar y luego pedir perdón.
Bajo esa idea, y en un contexto local acostumbrado a la confrontación, donde estás de un lado o del otro, El Cronista ha decidido posicionarse como un medio objetivo: ese es el primer logro de la campaña. Esté de acuerdo o no, en un presente periodístico lleno de parcialidades, el medio celebra sus 105 años afirmando que incluye todos los puntos de vista.
El segundo gran éxito es la calidad ejecucional. La producción es brillante y cada una de las gráficas está muy bien lograda. En la Era del Photoshop, cuando parece que cualquiera puede ponerse a pintar sobre una foto, un trabajo bien hecho se nota. Hace la diferencia.
Como en cada una de estas obras donde dos personas, se vuelven una. O como eligieron decir ellos, dos puntos de vista, en el mismo lugar. Dejemos de lado la discusión ideológica y los personajes combinados. Disfrute las piezas.
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