Admito cierta satisfacción cuando una acción de marketing valida algo que aquí se ha escrito. Como hoy.
Porque pasaron sólo un par de horas desde que afirmamos, con un titular amarillista, que había llegado el fin de la publicidad. La buena noticia era, claro, que había marcas que ya la estaban reinventando.
Hoy, entonces, nos soprende un sponsoreo, o PNT, o co-branding... O una nueva especie de comunicación publicitaria que aún no tiene nombre.
Señoras, señores, estamos ante el primer caso de pauta publicitaria en el nombre de un sistema operativo.
Porque aunque Google y Nestlé confirmen que el acuerdo no es económico, funciona como tal. Uno bautizará al más actual de sus productos con una marca registrada por el otro; que a su vez, agregará el icono del primero en el packaging de su chocolate.
Con razón, podría plantearse que esto es sólo una licencia marcaria como tantas otras. Pero vamos... ¡¿Cuántas de ellas se hicieron entre una golosina y un sistema operativo?!
La historia dice que todas las versiones de Android llevaron como nombre un dulce: Cupcake, Donut, Eclair, Froyo, Gingerbread, Honeycomb, Ice Cream Sandwich, Jelly Bean... Y la versión 4.4 no sólo no fue la excepción, sino que además, fue un paso más allá. Así la presentaron en su sitio:
Porque pasaron sólo un par de horas desde que afirmamos, con un titular amarillista, que había llegado el fin de la publicidad. La buena noticia era, claro, que había marcas que ya la estaban reinventando.
Hoy, entonces, nos soprende un sponsoreo, o PNT, o co-branding... O una nueva especie de comunicación publicitaria que aún no tiene nombre.
Señoras, señores, estamos ante el primer caso de pauta publicitaria en el nombre de un sistema operativo.
Porque aunque Google y Nestlé confirmen que el acuerdo no es económico, funciona como tal. Uno bautizará al más actual de sus productos con una marca registrada por el otro; que a su vez, agregará el icono del primero en el packaging de su chocolate.
Con razón, podría plantearse que esto es sólo una licencia marcaria como tantas otras. Pero vamos... ¡¿Cuántas de ellas se hicieron entre una golosina y un sistema operativo?!
La historia dice que todas las versiones de Android llevaron como nombre un dulce: Cupcake, Donut, Eclair, Froyo, Gingerbread, Honeycomb, Ice Cream Sandwich, Jelly Bean... Y la versión 4.4 no sólo no fue la excepción, sino que además, fue un paso más allá. Así la presentaron en su sitio:
En la otra mano, así se vistió el perfil de Twitter de KitKat que planea vender 50 millones de unidades de su edición especial.
Textual del director de global partnerships de Android: "This is not a money-changing-hands kind of deal." Según él, sólo quisieron hacer algo divertido e inesperado. Y vaya que lo lograron.
Porque si bien es extraño (y hasta poco serio) para una empresa de tecnología que uno de sus sistemas operativos lleve el nombre de una marca registrada; desde el lado de la golosina, han generado un ruido muy interesante que está en total línea con la propuesta marcaria y que definitivamente no hubiesen alcanzado con una pauta publicitaria tradicional.
Finalmente, la movida incluyó un video satírico presentando la barrita como suele hacerse con los productos tecnológicos:
Celebro que, una marca que propone como razón de ser tomarse un recreo, también lo haga de la pauta masiva tradicional.
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