Y cuando las cosas cuestan, se disfrutan más. Porque acá, además de todo, los trámites para conseguir billetes también cuestan. Y lo que gastes con tarjeta, un quince más.
Pero esto es así, como leí en algún tuit (que no puedo encontrar y por eso no cito), "las vacaciones son como ir al baño, cuánto más cerca, más ganas".
A la larga, el costo de un viaje no es un gasto. Es una inversión.
Postear desde allá se descarta. Porque aunque esto sea un placentero hobby, no serían vacaciones. También sueño en la previa con dejar algún post programado pero imposible hacerlo real.
Y se agrava, por cierto, porque cada vez que el blog entra en un bache, después cuesta retomar el ritmo. La experiencia así lo demuestra. Intentaremos que no suceda.
Está avisado, estimado lector, este blog atendido por su dueño (?), cierra por vacaciones y le deja unos videos de despedida. Ojalá lo extrañen. Igual, algún día volverá sin que lo pidan.
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