El chiste, obviamente, es de Tom Fishburne. Y cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia.
Es complicado ser innovador. Es difícil ser disruptivo. Más aún en categorías que están sumamente establecidas y que ante cada nueva versión se da un avance sutil y enfocado en el diseño.
Hace demasiado ya, Henry Ford dijo que si le hubiese preguntado a la gente qué quería, le hubiesen pedido un caballo más rápido. Pero él les dio un automóvil.
¿Cuánto evolucionaron los carros desde entonces? Prácticamente nada. Las mejoras son poco significativas comparadas contra otras industrias y en variables o características que no reconfiguran la categoría. Y si les interesa el tema, o quieren entenderlo mejor, vayan y lean la imperdible historia del futuro de @bilinkis.
Y sobre este tema, entonces, quería compartir dos acciones que justamente son de Ford.
La primera es de Ogilvy en España para apoyar la selección de autos usados. La idea es genial, gran ejecución y sumamente completa. Pero retomando el tema del post, el insight para vender un auto usado sigue siendo "el olor a nuevo". ¿No es paradójico?
La siguiente, en cambio, es una pieza de la campaña Go Further que Ford pretende comunicar globalmente. Y acá sí empezamos a ver algo nuevo: por lo pronto, una marca haciendo autocrítica respecto a la necesidad de "ir más allá"; y luego, algunos elementos que empiezan a definir una nueva categoría (híbridos, inteligentes, y ecoeficientes).
Todavía falta demasiado en una industria de la que el imaginario colectivo esperaba ver autos volando para el año 2000. Pero por primera vez, encuentro una campaña que de alguna manera intenta saldar esa deuda.
0 comentarios