No se discute el efecto promocional de estas acciones. Pero tienen sus contraindicaciones.
Y el post, en realidad, tiene que ver con que hoy como cliente "negocié" por segunda vez consecutiva extender una promoción de Cablevisión/Fibertel.
Las empresas de servicio tienen una clásica arma de doble filo: promoción para potenciales clientes que no se ofrece a los actuales. Con las telefónicas pasa lo mismo.
¿Por qué tengo que pagar 50% más que un nuevo cliente?
Y el ejemplo es muy claro: Julio 2010, para el Mundial, contraté un paquete de Internet y HD a un precio promocional. Cuando se venció el plazo, planteé el escenario de darme de baja y volver a darme de alta con una de las promociones que estaban vigentes en ese momento. Entonces me hicieron un "upgrade" de la promoción: efectivamente pasé a pagar más pero por un servicio mejor que el que tenía hasta entonces. Hasta que se venció nuevamente ese plazo y obviamente, busqué las promociones: a un nuevo abonado tener mi mismo servicio le costaría casi la mitad. Telefónicamente, y después de presentar mis fundamentos durante un rato, quedó asentado mi reclamo para extender la promoción actual.
Es lógico hacer promociones, pero:
- si siempre estás en descuento, ya nunca jamás podrás cobrar el precio completo.
- si le das una promoción sólo al nuevo cliente, perjudicás nada más ni nada menos que al cliente actual.
La cuestión es alcanzar ese maldito punto de equilibrio entre invertir para crecer en penetración versus orientar los esfuerzos a fidelizar a los actuales para que aumenten el consumo... Y el problema es que se pretende alcanzarlo con un arma que mientras potencia a una variable, acribilla a la otra.
Irónico, ¿no?
(Ambas imágenes son de Tom Fishburne que hace ya casi dos años escribió un post al respecto ilustrado con estos dos chistes: Pavlov's Promotions).
buen dato, en febrero se finaliza la promo fiber+cable que tenia de 6 meses,esperemos tener tu misma suerte y me reincorporen a nueva promo.
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