Era inevitable que después del éxito del "Walk in Fridge" los marketineros de la cerveza y los creativos de su agencia caigan en la irresistible tentanción de una continuación.
No está mal, pero las segundas partes nunca superan a la primera. Con la excepción, claro está, de El Padrino, única saga en la historia del cine galardonada como mejor película tanto en la primera como en su secuela (pero esa es otra historia, nota de color, al margen).
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